Qué tal amigos, bienvenidos a este segundo post sobre “Temas
Puntuales sobre Imágenes Diagnósticas”.
Algunos lectores me preguntan si existe una forma fácil de
explicar cómo se hace una radiografía.
A continuación trataré de utilizar un ejemplo que, espero,
resulte sencillo pero, ante todo, adecuado.
Recordemos primero que en la formación de una radiografía
intervienen varios componentes: primero, los rayos X y, segundo, un sistema donde se forma la
imagen radiográfica.
Los rayos X atraviesan el cuerpo |
chasís cerrado |
Recordemos que la película radiográfica es una placa “fotosensible” hecha de haluros de plata. Recordemos, también, que las pantallas intensificadoras son unas placas luminiscentes que aprisionan por ambos lados a la película radiográfica.
chasís abierto con pantallas intensificadoras |
Cuando los rayos X inciden sobre las pantallas intensificadoras que están dentro del chasís, hacen que estas emitan luz (fotoluminiscencia). Esta luz, a su vez, incide sobre la película radiográfica produciendo una alteración en la distribución del material químico de la que está formada. Una vez tomada la radiografía, se lleva el chasís a un cuarto oscuro en donde se extrae la película radiográfica y se somete a un proceso de “REVELADO” con el fin de hacer visibles los cambios que se produjeron cuando la luz incidió sobre ella.
LA RADIOGRAFÍA: UNA SOMBRA DEL CUERPO
Cuando exponemos una película radiográfica a los rayos X, estos inciden sobre toda la superficie de la misma. Al revelarla, obtendremos una placa totalmente ennegrecida.
Se observa tejido blando y el interior del hueso |
Pero, qué pasa si colocamos nuestra mano
sobre la placa y hacemos una nueva exposición? Aparecerá una imagen blanca con
la forma de nuestra mano.
Dependiendo de la dureza de los rayos X utilizados,
se verá más o menos la estructura de la mano.
Cómo podríamos explicar esto? Sencillo. La imagen que se formó (la mano) es una
sombra que corresponde a aquellos sitios de la placa en donde los rayos X NO
incidieron. En otras palabras, la mano No dejó pasar los rayos X haciendo que
las pantallas intensificadoras no emitieran luz y por tanto en estas
partes no hubo alteración en la película radiográfica. Por eso decimos, que la
imagen formada es una sombra del cuerpo radiografiado. Antagónicamente se trata
de una sombra “blanca” y no “negra” como son todas las sombras.
Si los rayos X utilizados fueron de baja energía, solo se
verá la forma de la imagen totalmente blanca, pero si se usaron rayos X con una
energía adecuada, se verá no solo la silueta de la mano, sino, también, las
estructuras que la conforman como el tejido blando, los huesos y las
estructuras internas de estos como la trabécula, la médula, etc.
Cuando tomamos una radiografía del tórax estamos interponiendo
entre los rayos y la película una estructura con diferentes densidades. Tenemos
en el pulmón zonas con aire en donde los rayos X pasarán sin ninguna dificultad
y zonas muy densas como los huesos, en donde los rayos tendrán mucha dificultad
para pasar. Habrá, también algunas zonas en donde los rayos definitivamente no
pasarán. Por tanto una radiografía del tórax mostrará un esqueleto, que es la
sombra proyectada en la película, correspondiente a las partes en donde los
rayos X no pudieron incidir, y la parte de los pulmones que corresponde a aquellas
zonas en donde los rayos no tuvieron ninguna o poca dificultad en llegar hasta
la película radiográfica para impresionarla y oscurecerla.
El esqueleto del tórax es una sombra proyectada en la película |
Cuando utilizamos rayos X de mucha energía en una estructura
que no requiere tanta, estamos “penetrando” aquellas estructuras que en
circunstancias normales producirían sombra en la película radiográfica. Como
resultado, en lugar de sombra comenzarán a aparecer zonas oscuras y se perderán
los detalles de la estructura que se está radiografiando (sobre-exposición). Por el contrario, cuando se usan rayos X con energía más baja que la que se necesita
para cierta parte del cuerpo, todo tiende a quedar blanco.
Resumiendo, una radiografía debe tener una mezcla de sombras
(blancas) y de zonas oscuras tal que permita la visualización detallada de la estructura que se está estudiando. A esto es a lo que se le llama un buen "contraste". Una buena radiografía es aquella que nos permite ver desde la parte más blanca hasta la parte más oscura de la parte del cuerpo que se está radiografiando. Al utilizar demasíada o muy poca energía producirá radiografías con bajo contraste que tenderán a quedar o muy negras o muy blancas.
Finalmente digamos que en los sitemas digitales actuales, el concepto sigue siendo el mismo, con la diferencia de que en vez de película radiográfica ahora se usan "detectores" en la adquisición directa o "folios" en la imagen indirecta (el folio cumple con una función análoga a la función de la película radiográfica, pero digitalmente. Por eso el folio no se revela, sino que se procesa o se digitaliza para obtener la imágen radiográfica)
Hasta la próxima..!
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